Aquí me quedo
Yo no quiero la patria dividida
ni por siete cuchillos desangrada
quiero la luz de Chile enarbolada
sobre la nueva casa construida
yo no quiero la patria dividida
ni por siete cuchillos desangrada.
Yo no quiero la patria dividida
cabemos todos en la tierra mía
y que los que se creen prisioneros
se vayan lejos con su melodía
siempre los ricos fueron extranjeros
que se vayan a Miami con sus tías
Yo no quiero la patria dividida
se vayan lejos con su melodía.
Yo no quiero la patria dividida
cabemos todos en la tierra mía
yo me quedo a cantar con los obreros
en esta nueva historia y geografía
yo me quedo a cantar con los obreros
en esta nueva historia y geografía
en esta nueva historia y geografía
Poema de Pablo Neruda adaptado por Víctor Jara
jueves, 11 de octubre de 2007
PoEmA
OpInIoN DeL GrUpO
Ha sido objeto de distintos homenajes, incluyendo discos de artistas nacionales y extranjeros, libros con su música, audiovisuales, piezas teatrales, canciones, afiches e incluso un festival de las artes lleva su nombre.
Nacido el 28 de septiembre de 1932, Jara dedicó su vida a la música, el canto, a las artes escénicas. Pero además de artista fue un destacado militante del Partido Comunista de Chile, y fue miembro del comité central de las Juventudes Comunistas de esa nación suramericana hasta el momento de su asesinato.
OpInIoNeS De OtRoS AuToReS
El 11 de Septiembre, el ángel de la muerte bajó en picado a la tierra, para traer la muerte y la destrucción. Primero en forma de águila cayendo con sus garras sobre el pueblo chileno, después en forma de avión sobre Nueva York.
Valgan para ello las palabras de la canción de Silvio Rodríguez de su álbum "Cita con Ángeles" en el tema del mismo nombre:
"Septiembre aúlla todavía
su doble saldo escalofriante.
Todo sucede un mismo día
gracias a un odio semejante.
Y el mismo ángel que allá en Chile
vio bombardear al presidente,
ve las dos torres con sus miles
cayendo inolvidablemente".
Ese mismo día junto con otros cinco mil chilenos, fue detenido Víctor Jara y llevado al estadio de Chile. Su cadáver apareció acribillado el día 16 de Septiembre en los alrededores del Cementerio Metropolitano, siendo reconocido posteriormente por su mujer. Su delito: Sus canciones no gustaban a sus captores.
02
Nuestra vida se nos va yendo a medida que cumplimos años pero nos van quedando los recuerdos, recuerdos que archivamos en el cerebro con mayor o menor concreción y que a veces quedan reforzados en fotografías, diarios, películas y en la música.
Cuantas veces escuchamos una sintonía o una canción, e instantáneamente revivimos con detalle momentos que, sin ser determinantes, cobran mayor veracidad que otros que se han vivido en silencio.
Si queremos tener bien “atrapados” estos recuerdos no hay más que hacerse con esos temas que nos transportan por un intenso instante hasta un pasado que podemos hacer presente gracias a la música.
Las canciones de Mercedes Sosa, y en especial “Te recuerdo Amanda”, de Víctor Jara y “Gracias a la vida”, de Violeta Parra me hacen revivir cálidas veladas invernales de partidas de cartas, veladas compartidas con gente especial ambientadas por esta maravillosa voz que forma parte de mis recuerdos.
03
Estoy en una especie de trance pero mi cuerpo sigue funcionando.
Tal vez vista desde afuera parezca normal y dueña de mi misma:
mis ojos continúan viendo, mi nariz oliendo, mis piernas andando ...
Bajamos un oscuro pasadizo y entramos en una enorme sala. Mi
nuevo amigo me apoya la mano en el codo para sostenerme mientras
contemplo las filas y filas de cuerpos desnudos que cubren el suelo,
apilados en montones, en su mayoría con heridas abiertas, algunos
con las manos todavía atadas a la espalda. Hay jóvenes y viejos...
cientos de cadáveres.. . en su mayoría parecen trabajadores.. . Cientos
de cadáveres que son seleccionados, arrastrados por los pies y
puestos en un montón u otro por la gente que trabaja en el depósito,
extrañas figuras silenciosas con las caras cubiertas con máscaras
para protegerse del olor a putrefacción. Me paro en el centro de la
sala, buscando a Víctor sin querer encontrarle y me asalta una
oleada de furia. Se que mi garganta emite incoherentes ruidos de
protesta, pero Héctor reacciona instantáneamente :
-iShhh! No debes decir nada, si no tendremos problemas.
Espera un momento. Iré a averiguar donde debemos ir. Creo que no
es aquí.
Nos envían a la planta superior. El deposito esta tan repleto que
los cadáveres llenan todo el edificio, incluyendo las oficinas. Un
largo pasillo, hileras de puertas y, en el suelo, una larga fila de
cadáveres, éstos vestidos, algunos con aspecto de estudiantes, diez,
veinte, treinta, cuarenta, cincuenta ... y en mitad de la fila descubro
a Victor.
Era Victor, aunque le vi delgado y demacrado. ¿Qué te han hecho
para consumirte así en una semana? Tenía los ojos abiertos y parecía
mirar a1 frente con intensidad y desafiante, a pesar de una
herida en la cabeza y terribles moratones en la mejilla. Tenía la ropa
hecha jirones, los pantalones alrededor de los tobillos, el jersey arrollado
bajo las axilas, los calzoncillos azules, harapos alrededor de las
caderas, como si hubieran sido cortados por una navaja o una bayoneta..
. el pecho acribillado y una herida abierta en el abdomen.. .
las manos parecían colgarle de los brazos en extraño ángulo, como
si tuviera rotas las muñecas.. . pero era Víctor, mi marido, mi amor.
En ese momento también murió una parte de mi. Sentí que una
buena parte de mi moría mientras permanecía allí, inmóvil y
callada... incapaz de moverme, de hablar.
FRAGMENTO “Víctor un canto inconcluso”
martes, 9 de octubre de 2007
CrOnIcA De Su MuErTe
El nuevo comandante en jefe, general Pinochet, que en vísperas había jurado fidelidad al presidente Allende, encabezo el golpe. Fascista encubierto con la mascara constitucionalista, Pinochet dio orden de asediar el palacio de
Hice girar la manecilla de la radio portátil. Después de los ataques aéreos las emisoras democráticas fueron callando una tras otra. Pero Magallanes seguía resistiendo. Los putchistas no pudieron interrumpir el ultimo discurso de Salvador Allende. Luego escuche la voz familiar del locutor, que dijo: “En cualquier momento nos pueden interrumpir, pero seguiremos aquí hasta el final”. En medio de los cañonazos salio al aire la canción de Sergio Ortega El pueblo unido, interpretada por Quilapayun. Los que se encontraban en la emisora corearon el estribillo:
Y ahora el pueblo
que se alza en la lucha
con voz de gigante
gritando: ¡Adelante!
¡El pueblo unido
jamás será vencido!
Quienes estaban junto al micrófono sabían que los enemigos abrirían fuego contra ellos. Mi radio emitió un chasquido y una detonación ahogo las voces de los cantantes.
Trate en vano de comunicar por teléfono con Radio Magallanes cuando ceso de transmitir. Mientras tanto, en el centro de Santiago se levantaba una nube de humo. Los aviones de los putchistas estaban bombardeando el palacio presidencial.
Por la noche
Conversamos mucho en ese tiempo, Víctor me hablo de su familia, de su mujer y sus hijas a quienes quería mucho, de sus espectáculos en el teatro y de las nuevas canciones que soñaba hacer... En el mismo estadio donde nos tenían presos, a Víctor le habían aplaudido cuando gano el concurso de
“Pronto empezaron a trasladar urgentemente a los prisioneros al Estadio Nacional donde a los militares les era mas fácil controlar la situación. En el ultimo grupo formado para ir al Nacional estábamos Víctor y yo. En total éramos unas cincuenta personas. De pronto apareció el comandante Manrique, recorrió la fila y ordeno a salir a Víctor Jara, Litre Quiroga, conocido jurista y comunista, y a mi.
-Llévenlos abajo -dijo.
“Yo sabia que ‘abajo’ nos esperaba la muerte. Allí tenían habilitada una cámara, en lo que había sido guardarropia y varios baños. Muchos de nuestros compañeros fueron llevados allí, pero nadie volvió. Una vez que me condujeron al interrogatorio y, al pasar, vi un montón de cadáveres, de cuerpos masacrados y desmembrados. Luego sacaban los cadáveres en camiones y los dejaban tirados en la calle.
Danilo Bartulin concluyo su relato y recordó que estando todavía yo en Santiago los secuaces de la junta divulgaron la versión de que el cantante había atacado con metralleta a una patrulla militar y esta, defendiéndose, lo mato.
Pero la única arma de Victor era la guitarra. A Danilo Bartulin lo torturaron para sonsacarle los datos secretos que podía saber el medico particular del presidente. Pero ¿que “secretos” podía saber el cantante?... A Víctor lo torturaron y asesinaron porque odiaban sus canciones.
RELATO DE DANILO BARTULIN
jueves, 4 de octubre de 2007
CaNcIoNeS
Te recuerdo Amanda
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fabrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con el
con el, con el, con el
son cinco minutos
la vida es eterna
en cinco minutos
suena la sirena
de vuelta al trabajo
y tu caminando
lo iluminas todo
los cinco minutos
te hacen florecer.
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
corriendo a la fabrica
donde trabajaba Manuel.
La sonrisa ancha
la lluvia en el pelo
no importaba nada
ibas a encontrarte con el
con el, con el, con el
que partio a la sierra
que nunca hizo daño
que partio a la sierra
y en cinco minutos
quedo destrozado
suena la sirena
de vuela al trabajo
muchos no volvieron
tampoco Manuel.
Te recuero Amanda
la calle mojada
corriendo a la fabrica
donde trabajaba Manuel.
El cigarrito
Voy a hacerme un cigarrito
acaso tengo tabaco
si no tengo de’onde saco
lo mas cierto es que no pito.
Hay hay hay, me queris,
Hay hay hay, me queris.
Voy a hacerme un cigarrito
con mi bolsa tabaquera
lo fumo, boto la cola
y recojala el que quiera.
Hay hay hay, me queris,
Hay hay hay, me queris,
hay hay hay.
Cuando amanezco con frio
prendo un cigarro de a vara
y me caliento la cara
con el cigarro encendio’
Hay hay hay, me queris,
Hay hay hay, me queris,
hay hay hay.
BiOgRaFiA De ViCtOr JaRa
Su niñez
Hijo de padres campesinos, inquilinos de la pequeña localidad de Quiriquina, a 30 minutos de Chillán, en donde se arraiga un profundo folclore. Su padre, Manuel Jara, trabajaba en las labores propias del campo. Su madre, Amanda, cantora, tocaba la guitarra con la que acompañaba sus canciones a la luz de las hogueras en torno a las que se reunían los vecinos y trabajadores y a cuya luz jugaban los niños y Víctor se tumbaba a ver las estrellas por la noche. La familia se completaba con María, Georgina (Coca), Eduardo (Lalo), Víctor y Roberto, el menor.
Desde niño, a la corta edad de seis o siete años, Víctor Jara se vio obligado a acompañar en los trabajos del campo a su familia. La actividad de cantora de su madre le produjo el primer contacto con la música. La acompañaba a todos los acontecimientos a la que era requerida (bodas, bautizos, velatorios...). La mala relación con su padre provocó que Víctor se uniera más a su madre, quien se preocupó de la educación de los hijos mandándolos a la escuela, en donde Víctor enseguida destacó.
El seminario
Se trasladaron a
Por consejo del padre Rodríguez ingresa en el seminario de
Dos años después, en 1952, abandonaría el seminario al darse cuenta de su falta de vocación, del que recordaría positivamente el canto gregoriano y la parte de interpretación de la liturgia. Cuando sale del seminario va a realizar el servicio militar.
La música y el teatro
A los 21 años entra en el coro de
En 1957 entra a formar parte del grupo de cantos y danzas folclóricas Cuncumén y conoce a Violeta Parra que lo anima a seguir cantando.
Con 27 años, en 1959 dirige su primera obra de teatro Parecido a
En 1961 compone su primera canción, Paloma Quiero Contarte.
Graba con el grupo Cuncumén el LP Folclore Chileno donde tiene dos canciones propias, Paloma Quiero Contarte y
Sigue componiendo música y en 1965 dirige la obra
Cantautor
Ejerce de Director Artístico para el grupo Quilapayún entre los años 1966 y 1969 y hasta 1970 actúa como solista en
Con casa Emi-Odeón grabaría el año siguiente los LP´s Víctor Jara y Canciones Folclóricas de América, junto a Quilapayún.
En 1969 monta la obra Antígonas de Sófocles para
En 1970 participa en Berlín en
Es nombrado Embajador Cultural del Gobierno de
Trabaja como compositor de música para continuidad en
Ese mismo compromiso le llevará en 1973 a realizar diferentes actos, participando en la campaña electoral para las elecciones al parlamento a favor de los candidatos de
El golpe de estado del general Augusto Pinochet contra el presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de ese año le sorprende en
Fue un destacado militante del Partido Comunista de Chile, siendo miembro del comité central de las Juventudes Comunistas de Chile hasta el momento de su asesinato.
El reconocimiento del asesinato
En 1990
Como homenaje, a 30 años del Golpe Militar, en septiembre del 2003 se puso su nombre al Estadio Chile.